domingo, 11 de enero de 2009

YO NO LLEVO BALANZA..

Don Andrade era changador de a caballo, resero, apartador, trabajador de yerras y lo que cuadrara en el ramo. Tenia un apelativo que a él, no se atrevia a decirselo nadie, pero era conocido por ese y no por su nombre de pila. Todos lo conocian por Cacerola Andrade y los comentarios publicos decian que era por el sombrero que usaba con una forma bastante estrafalaria, aunque se sospecha que pódria haber otra connotacion tras el sobrenombre. Era bastante mal llevado y de pocas palabras. En esa epoca de caminos de tierra, lluvias y pantanos, los viajantes de la ciudades que recorrian los pueblos con sus coches solian detenerse cuando se cruzaban con algun transeunte de a caballo o en carruaje que transitaba en sentido contrario, para preguntar por el estado del camino mas adelante é irse cerciorando que podrian llegar tranquilos a sus destinos. Una mañana temprano con lluvia la noche anterior, uno de estos vendedores venia luchando con su autito por la huella embarrada y en eso se cruza de frente con un jinete. Se detuvo y asomandose por la ventanilla saludo BUEN DIA SEÑOR, MUCHO GUSTO, SOY VIAJANTE DISCULPE LA MOLESTIA, PERO COMO UD. VIENE DEL LADO DE QUIROGA, TAL VEZ ME PUEDA DECIR SI EL CAMINO ESTARA MUY PESADO MAS ADELANTE...
Cacerola Andrade que ademas de ser de pocas palabras y un poco resentido con los desconocidos, ese dia justo estaba con toda la mostaza, sin mirarlo siquiera, taloneó el caballo siguiendo su viaje y por arriba del hombro le contesto: NO SE.. PORQUE YO NO LLEVO BALANZA..

PA' EL ROBERTO

Don Macario era incha fanatico de Los Carabajal, tal es asi que a los hijos varones le habia puesto los nombres de sus musicos y cantores admirados. El Carlos, El Roberto, El Peteco y el Cuty, soñando tal vez que le salieran con el arte de los originales. Los muchachos no salieron musicos ni cantores pero si emprendedores. Como estaban siempre ocupados Don Macario era el encargado de los mandados. Una mañana que salia para el pueblo para hacer unas compras, el Roberto se acordo, cuando ya habia arrancado el sulky, que se tenia que afeitar para el baile de esa noche y aprovecho para encargarle a los gritos que le trajera del pueblo, un pote de crema.
Don Macario llego tranquilo a la farmacia que estaba llena de gente, se pesó esperando su turno pacientemente y cuando le toco, hizo su pedido: Buen Dia..Me da un pote de crema.. El farmaceutico lo interrogo ¿..Para el cutis Don Macario? y Don Macario cansinamente le contesto ¡NO..PA EL CUTI NO,..PA EL ROBERTO!